El rol del INTA y el ajuste en el Estado: situación y perspectivas
La Asociación del Personal del INTA (APINTA) reprodujo en estas líneas lo que se debatió en el panel «El rol del INTA y el ajuste en el Estado. Situación y perspectivas», organizado por el CIEA el 24 de abril, en el Instituto de Invetigaciones Económicas de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA:
«El panel de expositores estuvo integrado por María Isabel Tort, socióloga especialista en la problemática agraria con más de 30 años de experiencia en INTA, y Mario Romero, quien conduce APINTA, el gremio de trabajadores y trabajadoras del INTA. También estuvo convocado Pablo Paillole, representante de Federación Agraria en el Consejo Directivo del INTA, que si bien no pudo estar por cuestio- nes de agenda, dejó para su lectura los principales puntos que justifican su voto en contra del ajuste en INTA.
Los fundamentos que dejó manifiesto Paillole los enuncia, por un lado, que “esto no es una restructuración, sino que es una forma en la que se expresa el ajuste presupuestario, ya que desde la Jefatura de Gabinete se plantea que el INTA es una de las instituciones que hay que recortar en funciones, presupuesto y trabajadores”. Otro punto que justifica el voto negativo del representante de Federación Agraria, es que “a partir de los datos provisorios del último censo se observa una desaparición de agricultores familiares, y por ser los actores más vulnerables de la trama socioproductiva, son quienes más necesitan del Estado”. El tercer punto señalado por Paillole es “la falta total de consulta a los trabajadores y a los mismos representantes que participan del Consejo, porque si bien se conocían las intenciones, se planteó formalmente unas pocas horas antes de la reunión donde se definió el ajuste”.
El enfoque propuesto por María Isabel Tort recorrió su propia trayectoria dentro del INTA, identificando dos momentos históricos que fueron clave en el futuro del organismo: el ingreso de los tanques de la dictadura en Castelar para llevarse trabajadores y hacer desaparecer las líneas de trabajo que se habían construido con fuerte implicancia de las ciencias sociales. El otro hecho ocurre en la década del ’90, con la reducción de un 40% de la planta de trabajadores y trabajadoras del INTA, que volvió a diezmar la capacidad de intervención del organismo.
A su turno, Mario Romero explicó cuál es la tarea que desarrolla el INTA y cómo está organizada su gobernanza. En este último punto, hizo mención a que hoy el Consejo Directivo cuenta con una mayoría automática de AACREA, quienes imprimen una direccionalidad a las decisiones que solo benefician a los sectores más concentrados de los agronegocios. En sintonía con esto, mencionó que el ajuste impulsado a fines de marzo, “no solo apunta al cierre de los institutos de investigación y agencias de extensión, sino también a dejarnos sin soberanía tecnológica, territorial y alimentaria al pueblo argentino”.
La gestión de Balbín al frente del Consejo Directivo es deficiente, porque el INTA debería contar con un presupuesto aprobado por el Congreso Nacional de poco más de $7.900.000 para el presente año, y en el primer trimestre giraron para funciones operativas solo $93 millones de los $213 millones previstos. El panorama para el segundo trimestres es también preocupante, porque sólo han habilitado $101 millones y aparece un faltante de $15 millones para becas. Según explicó Romero, “esto provoca un ahogo financiero inducido por la decisión de ajustar que ejecuta Balbín”.
El impacto es directo y se observa en la falta de inversiones para un parque auto- motor obsoleto, instrumental para laboratorios, imposibilidad de trabajar en extensión e investigación. Desde junio de 2018 el INTA no cuenta con una cartera programática y no hay hasta la fecha nuevos programas y proyectos. Además, los salarios se vienen depreciando porque no hay paritarias sectoriales, en un escenario de escala inflacionaria que afecta a todo el pueblo trabajador. Sobre el ajuste sobre el personal de la institución, Romero expresó que “en 2015 teníamos 7757 trabajado- res y trabajadoras en el INTA, y desde la gestión de Macri en el gobierno perdimos 850 vacancias que no se han recuperado”.
Por último, el Secretario General de APINTA comentó que “en diciembre de 2016, los trabajadores nos planteamos cómo venía esto y así surge El INTA que queremos los trabajadores, un documento elaborado desde nuestra perspectiva sobre investigación y extensión. También consideramos allí, que tienen que cambiar algunas lógicas en el Consejo Directivo, donde no está representada la voz de los agricultores familiares ni de la de los trabajadores del INTA. Se propone que los consejeros participen ad honorem y avanzar en una discusión acerca de si es necesario que sea resolutivo o pase a ser consultivo dicho órgano”.